Confluyen en este álbum diferentes maneras de expresarse, distintos lenguajes y la forma idónea para entenderse.
A través de un texto breve y sencillo, la autora nos narra el acercamiento entre dos niños Mateo y Elisa. Esta relación tiene una particularidad, y es que él habla con las manos, y ella con la boca.
Al principio no llegan a entenderse, por mucho que Elisa le grite, Mateo ni siquiera se gira para mirarla. Es el tercer personaje de esta historia, Lulú, quién hará de nexo entre ambos:
"... a él tienes que acercarte para que te oiga. Él comienza a escuchar cuando lo tocas. Mateo tiene la boca en sus manos, y con ellas habla"-, le explica Lulú a Elisa.
Entonces a Elisa le surgen varias dudas, si es así... ¿cómo van a poder hablar y oir lo que cada uno diga?.
La niña aprenderá a escuchar a Mateo a través del lenguaje corporal y el de signos. Y lo más importante, también descubrirá que sus manos, al igual que las del niño, pueden hablar.