Al abrir las páginas de este álbum me he sentido igual que al ver una coreografía de ballet. Porque Molly Idle narra sin palabras. Y para ello utiliza la danza como medio de expresión.
Las ilustraciones encandilan por igual a mayores y pequeños (doy fe de ello). Es un álbum para disfrutarlo sin prisas, dejándonos llevar por el movimiento de Flora y Flamenco.
Los dibujos son delicados y bellos, en algunas páginas hay solapas que nos relatan acciones; el juego de imitación que inicia Flora, la complicidad entre ambos...
Todo comienza cuando la pequeña copia las poses del animal... al principio sin demasiada dificultad, pero el flamenco, algo chulesco, acaba adoptando poses que son difíciles para la niña. Parece que el baile termina cuando Flora cae al suelo y el pájaro se burla de ella, pero no tarda en disculparse.
La disculpa de Flamenco hará posible que los pasos individuales e inseguros, se conviertan en una hermosa coreografía de pareja.
