Ambas son historias que cuentan con más de medio siglo y siguen vigentes en la actualidad. Críctor se editó por primera vez en 1963 y Adelaida en 1959. Los dos álbumes comparten un estilo gráfico similar; fondos blancos, y dibujos en tinta negra teñidos con acuarelas en tres colores.
Críctor y Adelaida son dos historias de superación, en las que Ungerer humaniza a los animales, hasta el punto de enternecer a los lectores.
Críctor nos cuenta la historia de una boa constrictor, majísima y muy valiente. Esta serpiente llega por correo desde África hasta una pequeña localidad francesa, donde vive Madame Bodot. Imaginaos el susto que se lleva la señora cuando abre el paquete que le envía su hijo por su cumpleaños... Pasado el momento de tensión, y tras cerciorarse de que no es una serpiente venenosa, Madame Bodot acoge a Críctor como si fuera un perrillo.
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El hecho de que Ungerer humanice a Críctor le convierte en un personaje entrañable y divertido; podemos ver a la serpiente en la escuela, aprendiendo a escribir a su manera; paseando por el parque con su dueña, tomando café en una terraza...
Adelaida es una cangura con alas, a la que le encanta observar el vuelo de los pájaros y los aviones; ella sueña con poder volar algún día. Y así sucede, cuando crece y decide dejar el hogar de sus padres, para seguir la estela del primer avión que ve cruzando el cielo.
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Esta peculiar cangura recorre medio mundo con su amigo el piloto, al que abandonará en su aventura cuando llegan a París. Allí triunfa en los escenarios de los teatros, la gente le aclama, es famosa... pero se siente sola, porque lo que verdaderamente anhela Adelaida es conocer a otros canguros.
